Un diamante ruso de Anne Marie Cross
(…) Él… él era risa pura y alegría; el motivo que hacía latir su corazón; el fuego que encendía sus entrañas con cada mirada, cada roce y cada beso. Era un anhelo secreto, un deseo oculto y apasionado, la esperanza de un mañana juntos; el hombre que llenaba de sentido la palabra «amor».
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