Un diamante ruso de Anne Marie Cross
—Tranquilo, no tengo intención alguna de poner una mano sobre lady Mary. Esa mujer es demasiado terca e indomable para que merezca mi atención. No aguantaría a su lado ni un minuto más de lo necesario. Algo se removió en el interior de Valentin, como si su corazón no estuviese de acuerdo con las palabras que su boca acababa de pronunciar. |