Ordeno y mando de Amélie Nothomb
"Siempre me han gustado las tareas monótonas y estúpidas. De no ser así, ¿cómo habría podido trabajar tanto tiempo en una oficina? Me gusta sentirme operativo sin tener el cerebro crispado por el esfuerzo. Es mejor que la inacción, te libera la cabeza de la angustia. Las hermosas ensoñaciones se producen en los trabajos más estúpidos. Este piloto automático no impide que la materia gris siga analizando la actividad de un modo jugoso..." (Pág.73).
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