Higiene del asesino de Amélie Nothomb
—Señor Tach, con un hombre como usted no utilizaré las perífrasis habituales en mi profesión. Así que me permito preguntarle cuáles son los pensamientos y el estado de ánimo de un gran escritor consciente de que está a punto de morir. Silencio. Suspiro. —No lo sé, caballero. —¿No lo sabe? —Si supiera cuáles son mis pensamientos, supongo que no me habría hecho escritor. —¿Insinúa que escribe para saber finalmente cuáles son sus pensamientos? —Es posible. No estoy muy seguro, hace mucho tiempo que no escribo. |