«Con "Adiós" decimos al otro: "Gracias por ofrecerme tu vida", ...» Me gustaría afirmar que no lloro en las despedidas. Lo hago después, cuando me siento en el suelo, en pijama, y hago resonar la caja de música de mi memoria. Como la poesía de Amanda Gorman (1998), mis recuerdos son sonoros, una alteración constante. Un juego con el lenguaje con el que construyo el mundo. Y me construyo a mí misma. No quiero decir adiós, aunque sea necesario hacerlo para poder disfrutar del reencuentro. Mi nombre es nosotros (Lumen, 2022), recoge los versos de esta joven activista, comprometida con el medio ambiente, la igualdad racial y las cuestiones de género. Releo algunos poemas de la magnífica edición bilingüe mientras escucho su intervención en la ceremonia de toma de posesión del presidente Joe Biden. Esa «negra flaca descendiente de esclavos y criada por una madre soltera», dibuja con sus manos un lugar en el que todo es posible si creemos de veras en que merece la pena el esfuerzo colectivo por un objetivo común. Por un nosotros que, vestido de amarillo, apuesta por no olvidar pero, también, por no guardar rencores por un pasado que no puede remendarse. Sonríe. Y sus textos formando peces, vasijas, noticias... cobran vida ante mis ojos. La Historia es aplastante, es un coloso, y, sin embargo, el poder del cambio reside en cada uno de nosotros. Y es esa unión, frente a pandemias, injusticias, pérdidas... la que nos inspira. Esa que debe de llenarnos de esperanza para crear unidos un mañana mejor. Un nuevo comienzo, un reencuentro. El amanecer. «... cuando querríamos decir: "Pronto nos saludaremos de nuevo"». Enlace: https://www.instagram.com/mi.. + Leer más |