La colina que ascendemos: Un poema inaugural

En este libro la autora desborda energía, optimismo y fe en el futuro y en su nación. La poesía de Gorman es creadora, es inspiradora. Es una poesía que apela al cambio, pero un cambio que surge del interior y de la acción de cada persona, una poesía que apela a la integración en todas sus formas.
Es también una poesía que tiene fe en el futuro, que sin negar un pasado ni un presente que puede verse marcado por la violencia, la segregación e incluso el racismo, cree en la Democracia como único escenario donde se pueden construir sueños.
Es innegable que la poesía de Gorman es actual, que está ligada a la realidad de su país, que es una poesía que surge del hecho de ser una joven negra de los Estados Unidos de América, imposible entender su obra fuera de este contexto, pero es al mismo tiempo universal, porque su poesía es vital, es creadora; de esa poesía intensa, que no es solo rima y juego de palabras si no también es la construcción de realidad. Parafraseando a Vicente Huidobro, en su Arte Poética Gorman no canta a la rosa en el poema, la hace florecer, a través de sus palabras Gorman va creando puentes, va uniendo presente y pasado con el futuro, va dibujando y pintando de colores brillantes.
Amanda Gorman es una escritora que sabiendo y conociendo una realidad áspera, cruda y llena de sin sentido se para con los pies bien firmes en la tierra, pero mira al futuro con esperanza en el cambio y en lo que cada persona puede hacer por ese cambio, me encantó porque no es solo el reclamo, la queja, la denuncia si no también el aporte a la solución y no ser parte del problema.