Demasiada felicidad de Alice Munro
"Empezar a enamorarse. Eso sugiere cierto paso del tiempo, cierto abandono; pero también se puede tomar como una aceleración, el momento o el segundo en que te enamoras. Ahora Jon no está enamorado de Edie. Tic, tac. Ahora lo está. Eso no se podía considerar probable ni posible de ninguna manera, a menos que pensaras en que de repente te parte un rayo, en una desgracia inesperada. El revés del destino que deja a una persona impedida, la broma terrible que transforma unos ojos claros en ojos ciegos." (Pág. 48).
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