Las dos amantes de Alfred de Musset
Se prometió ir a verlas al día siguiente y llevar su dibujo para comparado con ellas y ver los defectos, al mismo tiempo que añadía un trazo, un bucle más, un nuevo pliegue al vestido. Hizo los ojos más grandes, dio mayor gracia a la silueta y volvió a pensar en el pie, en la mano, en los brazos desnudos y en otras mil cosa. En fin, estaba enamorado.
|