La parcela fue, durante algún tiempo, el sueño de muchas familias que se sentían triunfadoras por poseer un pedazo de tierra en el que pasar las tardes de domingo; en el que plantar tomates y cebollas y también una zona de césped que no prosperó jamás. Suelo de pizarra y agua escasa; ya se sabe. La parcela es también el lugar donde las tiendas de campaña sustituyen al cimiento. Porque allí no hay raíces ni pasado, solo temporalidad y algún que otro sueño. Un sueño que seguramente se truncará, pero eso todavía no lo saben. La parcela es el lugar al que retirarnos para no pensar, para lidiar con todas esas verdades que no se molestaron en contarnos, para burlar a la muerte y encontrar el amor. La parcela es tantas cosas que sería una pena que alguien se la perdiera. |