El castillo de Eppstein de Alejandro Dumas
Entonces fue cuando el conde recordó que era precisamente el día de Navidad, y que una antigua profecía de Merlín aseguraba que las condesas de Eppstein que falleciesen en la Nochebuena habrían de morir a medias tan sólo. Y Leonor era la primera condesa de Eppstein que había muerto en Nochebuena. Segismundo, pues, se había equivocado: no era que Ermangarda estuviese viva, sino que lo que se había producido era el fallecimiento de Leonor: la condesa muerta había acudido al besamanos de la emperatriz muerta, y ambos fantasmas se habían puesto a charlar durante diez minutos.
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