Los mosqueteros II: El vizconde de Bragelonne: 2 de Alejandro Dumas
Soy el amo en mi casa, capitán D'Artagnan, y tendré servidores que, aunque tal vez carezcan de vuestro genio, llevarán la lealtad y la obediencia hasta el heroísmo. ¿Que importa, queréis decirme, que Dios no haya dado genio a los brazos y a las piernas? Es a la cabeza a quien lo da, y ya sabéis que todo el resto obedece a la cabeza. ¡La cabeza soy yo!
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