La loca de la puerta de al lado de Alda Merini
Tengo la sensación de durar demasiado, de no conseguir apagarme: como les pasa a todos los viejos, a mis raíces les cuesta separarse de la tierra. Por lo demás, a menudo les digo a todos que esa cruz injusta que ha sido mi manicomio no ha hecho más que revelarme el gran poder de la vida. Y contra ese poder ninguna fiera ha podido hacer nunca nada, ni siquiera el más brutal de los deseos.
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