La loca de la puerta de al lado de Alda Merini
Me ha crecido una barriga enorme, como si me hubiera tragado una esperanza y un júbilo enormes y fuera a reventar. Así de mal somatiza el ser humano la culpa. La fiebre. He tenido fiebres altísimas que nunca me he medido, pero ante todo eran fruto de una gran rebelión y de una conspiración contra mí sola, incendiaria, contra la barrera única del recuerdo. ¿Sabes?, he amado tanto esta barrera, me parecía el poderoso tallo de una flor.
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