La loca de la puerta de al lado de Alda Merini
La escritura puede convertirse en un vicio patológico si ocupa el lugar de una presencia esencial, cuando es tan bella y feliz que solo encuentra satisfacción en una poesía anómala y anormal, casi peregrina, que busca su propia morada en la caridad de aquel que la escucha. Y entonces tendremos la oración silenciosa del que escucha y del que murmura a su oído su canto de amor y humano desdén.
|