Misterio en el Caribe de Agatha Christie
Yo me inclinaría a pensar que no habría ni una sola persona que la creyese con cerebro suficiente para discurrir como lo ha hecho. Razona usted, en verdad, de una manera muy lógica. Son pocas las mujeres capaces de acometer con éxito tal empresa —mister Rafiel, incómodo, se agitó penosamente en su silla—.
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