La virgen en el jardín de A.S. Byatt
Era un conocimiento muy útil. Eliminaba la opción excluyente que siempre había creído que tenían las mujeres. O bien el amor, la pasión, el sexo y todo el resto, o bien la vida de la mente, la ambición, la soledad y todo lo demás. Había un tercer camino: se podía estar sola y acompañada en una cama, si uno no armaba alboroto.
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