La virgen en el jardín de A.S. Byatt
—Si estuviéramos en una novela habrían cortado el diálogo por artificioso. Puede haber sexo, en una novela, pero no la métrica de Racine, por mucho que tal cosa te apasione. [...] Wordsworth decía que la métrica y el sexo dependen del flujo de la sangre, ya sabes, y del «gran principio elemental del placer en el que vivimos, actuamos y existimos».
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