La mujer sin nombre de
Vanessa Montfort
María se imaginó de pronto que aquel edificio forrado de madera era en realidad un arca de Noé. parecía que hubieran escogido una mujer de cada especie por si acaso se extinguían: tres escritoras de distinta edad y pelaje: la bella León, con su teatro; ella misma o Elena, con sus cuentos; Columbine, la primera corresponsal de guerra; tres abogadas con vocación política, la Kent y su moderación, la Nelken y su agitación verbal, la Campoamor y su determinación, y la Maetzu y su obsesión por formar a las mujeres del futuro.