Para mí, a pesar que se considere una gran obra, fue completamente infumable. Lo intenté varias veces, aquello de por darle una oportunidad y ...nada de nada. Hay clásicos que, repito, para mi gusto, son mucho mejores que este tostonazo.
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Para mí, a pesar que se considere una gran obra, fue completamente infumable. Lo intenté varias veces, aquello de por darle una oportunidad y ...nada de nada. Hay clásicos que, repito, para mi gusto, son mucho mejores que este tostonazo.
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Será que hay que tener una edad, o un cierto bagaje como lector, para apreciar debidamente la gran obra de Cervantes. Y no me refiero al valor que pudiera tener al ser la primera novela moderna de la historia, a su importancia como hito literario, no, estoy hablando de la habilidad de su autor para aunar agudeza en el juicio y diversión en la trama. Ahora, tras tanto años de mi primera lectura, me llaman la atención algunas cosas. En primer lugar, la rapidez con la que se van enlazando los sucesos. De todos son bien conocidas las cómicas, y a veces tristes y a veces ambas cosas al tiempo, aventuras a las que la locura fue conduciendo a don Quijote para regocijo de sus lectores. Pero quizás sea menos conocida la cantidad de páginas que Cervantes dedica a las historias de amor, con un regocijo bastante más moderado por parte de este que les escribe. La primera, por descontado, es la que vive el propio Don Quijote con una Dulcinea inexistente e ideal que su locura hace identificar con la no tan simpar Aldonza Lorenzo, pero hay muchas más: Grisóstomo y Marcela, Cardenio y Luscinda, Fernando y Dorotea o el curioso trío de Lotario, Anselmo y Camila… Lo llamativo de estas historias es la inteligencia y determinación que muestran estas mujeres frente al vergonzoso papel que se les adjudica a los hombres. De hecho es llamativa la reivindicación feminista que nos hace el autor: “Las doncellas y la honestidad andaban, como tengo dicho, por donde quiera, solas y señeras, sin temor que la ajena desenvoltura y lascivo intento las menoscabasen, y su perdición nacía de su gusto y propia voluntad.” Menos me ha sorprendido que para algunas cosas exponga tanto lo blanco como su contrario lo negro, no por nada hay alguno que lo considera la Biblia española. Un ejemplo es esa reivindicación “comunista” que enarbola el Quijote en su discurso de la primera parte: “Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío!” Cervantes identifica como uno de los principios del descarrilamiento de la humanidad esa aparición de la propiedad privada, hecho que sitúa justo en el momento en el que el ser humano dejó el nomadismo para asentarse y vivir de la agricultura. Palabras que no se corresponden muy bien con el clasismo que Cervantes presenta otras muchas veces, que, por otra parte, es lo propio de su época, pues “no hay otra cosa en la tierra más honrada ni de más provecho que servir a Dios, primeramente, y luego a su rey y señor natural” o “después de a los padres, a los amos se ha de respetar como si lo fuesen”. No quisiera alargarme mucho con este comentario pues ya se sabe “que ninguno hay gustoso si es largo”, pero es difícil atenerse a tal propósito. Como decía, alguno ha considerado la obra como la Biblia española, y este alguno del que hablo no es otro que Unamuno que consideraba a Don Quijote el Jesucristo hispano y, sin entrar en sus razones, no lo encuentro yo desatinado. Don Quijote es un creyente absoluto, “el caballero de la fe” que decía Unamuno. Igual que Jesucristo se creía Dios, Don Quijote se cree caballero; igual que Jesucristo se creía, como hijo de Dios, llamado a salvar al mundo, Don Quijote se siente obligado por su situación de caballero a “desfacer agravios y enderezar entuertos”, a salvar al menesteroso y al desvalido; ambos tienen una fe inquebrantable en unos principios que rigen un mundo ideal del todo inalcanzable y, pese a la tozudez del mundo en ser lo que es, nada los amedrenta, nada menoscaba su fe en lo que representan y en el tipo de mundo que creen habitar, nada debilita su vocación de sacrificio. Ambos ven en sus derrotas las maquinaciones de magos o diablos cuyo único fin es el de entorpecer sus aventuras para impedir su fama, su gloria y sus fines… hasta se creen hacedores de milagros, como ese bálsamo de Fierabrás que tan milagrosamente curó a Don Quijote de su maltrecho cuerpo, pese a que su escudero Sancho solo consiguiera, al probarlo, “desaguarse por entrambas canales”, lo que no es de extrañar en alguien que no es caballero, esto es, que no profesa la misma fe inquebrantable de su señor. Por su parte, Sancho encarna perfectamente al otro tipo de creyente, al que más abunda, al que yo denomino ALGUISTA. El ALGUISTA piensa como creyente que bien pudiera ser que no fueran gigantes, sino molinos, que no fueran ejércitos enfrentados, sino rebaños de cabras, que no fuera castillo, sino venta, que no fuera Yelmo de Mambrino, sino bacia de barbero, y es más que probable que sea pura fantasía la existencia de esa “caterva de encantadores que todas nuestras cosas mudan y truecan”… pero ALGO tiene que haber, esta vida no se puede reducir a esta realidad miserable, todos nuestros afanes deben responder a un propósito, ALGO hay, sin duda. Además, que nadie puede asegurar que al final del camino no aparecerá esa Ínsula en la que poder ser, al fin, feliz. “… todas estas borrascas que nos suceden, son señales de que presto ha de serenar el tiempo, y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal y el bien sean durables, y de aquí se sigue, que habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca” Otra razón de mi extrañamiento es que, dado el éxito que tuvo la primera parte de la obra, el propio Cervantes se hace eco de ello en la segunda, resulta curioso que el autor no repitiera la receta en la continuación de su obra. En su primera entrega, la crónica de las aventuras de Don Quijote y Sancho es frecuentemente interrumpida por pequeños relatos acerca del amor, que, apenas aparecen en la segunda parte, más centrada en esas cosas que “por muchas, grandes y nuevas, merecen ser escritas y leídas”, “mil zarandajas tan impertinentes como necesarias al verdadero entendimiento desta grande historia”, cosa que le agradezco al autor enormemente, pero que no deja de sorprenderme. Otro tema chocante en la parte segunda es la degradante forma en la que unos marqueses tratan a don Quijote. Hasta ahora, el Quijote había padecido muchas adversidades indudablemente cómicas, pero que eran producto del choque natural entre su locura y la realidad, era él quién corría hacia la aventura. En los que centran esta segunda parte, son los marqueses, y no solo ellos, los que, para su propio placer y jolgorio, propician estos sucesos convirtiendo a don Quijote y a Sancho en bufones de la corte. Si bien Sancho sale bien parado de la burla como gobernador (un gobernador que ejerce su gobierno con poder absoluto y con unas dotes, a mi modo de ver, exageradas para lo que hasta este momento sabíamos de nuestro fiel y codicioso escudero, incluyendo el hecho de decidir abandonar el poder), don Quijote, por el contrario, sale escaldado una y otra vez de forma absolutamente grotesca. “Que trata de lo que verá el que lo leyere o lo oirá el que lo escuchare leer” En fin, así es, no todo el mundo saca el mismo provecho de su lectura. Me dirán que eso ocurre con cualquier libro, y es cierto, pero el caso de este es muy especial. Los muchos años que lleva en el universo literario juegan a su favor, y si durante un buen número de ellos fue considerado simplemente un libro cómico y de aventuras, después ha dado lugar a multitud de interpretaciones a cual más sesuda, con lo que Cervantes acabó saliéndose con la suya, que no es otra que la que explicitó en el prólogo: que leyéndolo, “el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie, ni el prudente deje de alabarla Un propósito encomiable y peliagudo que quizá le turbó en demasía si tenemos en cuenta la cantidad de errores, olvidos o contradicciones que contiene, al menos en su primera parte. En cualquier caso, no deja de sorprender que un Ortega considere al Quijote como “el eterno esfuerzo en el que se debate la cultura toda por dar claridad y seguridad al hombre en el caos existencial en que se halla metido” y un Tom McCarthy piense que se trata de “alguien que quiere ser auténtico… y descubre que para lograrlo ha de sumergirse en ficciones”. Parece que fue Friedrich W. J. Schelling quién estableció la teoría de que la novela confrontaba el idealismo con el realismo, siendo don Quijote el defensor de un ideal inalcanzable en contra de una realidad tozuda y desagradable. Hay quién solo ve en la novela una sátira de las costumbres de la época o, yendo un poco más allá, de la idiosincrasia española. Hasta hay quién ve en la novela una Biblia que tiene a Don Quijote como a un nuevo Cristo. Me pregunto si Cervantes era consciente de todo esto que ahora se le atribuye, o si no era más que, como algunos argumentan, un genio irreflexivo, vamos, algo así como el burro al que le suena la flauta por casualidad (aunque bien es verdad que, al menos, la tocó dos veces). Por mi parte creo que tampoco es descartable que la dolencia de don Quijote no fuera más que una fuerte crisis de los cincuenta y, de igual forma que hay quién se compra una moto y se cree el rey del mambo, éste, consciente de pronto de la potencia de su brazo, decidió montárselo a lo grande y ponerse el mundo por bacía de barbero. “Todo es morir, y acabóse la obra” + Leer más |
Un clásico es un libro que no solo trasciende el tiempo, sino que lo transforma y no hay mejor ejemplo que el quijote de Cervantes. Sin el quijote la literatura en español sería otra... no, aún más, sin el quijote la legua española sería otra. El quijote es una obra de humor y picardía, el tema es sin duda la realidad de su tiempo (1605), la tragedia del alma humana y la decadencia de una época de magestuosa caballería. La primera vez que lo leí fue por pura tarea de la escuela y la verdad es que no entendí nada, no me atrapó, pero ahora que me detuve a leerlo con más años de experiencia lectora, mi noción por ella a cambiado. Es una lectura que debes leer si o si, almenos en algún tiempo de tu vida. Somos los hijos de la lengua española, somos hijos del quijote de la mancha. |
Este libro tan famoso es la tercera vez que me obligan a leerlo. La primera era muy pequeña y era otra versión. En quinto leí la adaptación de Agustín Sánchez Aguilar y ahora me lo vuelven a mandar. Mi hermana lo tiene más reciente y un resumen con buena nota, así que cambiaré tres cositas y una tarea menos. Será un clásico. Pero para mi este Quijote, Sancho, su caballo y los molinos son una auténtico rollo. En clase lo hemos leído todos, pero como nos viene bien, mejor nos callamos. Gracias a que me obligan a leer este tipo de libros tres veces, leo menos. No me considero peor lectora por tener gustos cercanos a mi mundo, pero Cervantes y yo no nos entendemos. |
No sabía si escribir una reseña de esta obra, sobre todo por pudor, por ser un clásico importantísimo de la literatura española y mundial, pero realmente lo que me ha terminado de ayudar a decidirme ha sido el compartir mis impresiones durante la lectura de este libro sin par. Puede que cueste acercarse a Don Quijote de la Mancha por la extensión del libro o por su dificultad a la hora de entender este castellano antiguo, pero realmente la experiencia merece la pena. Aunque pueda parecer un libro largo, está dividido en dos partes, por lo que una puede ponerse como meta leer la primera y luego quizá animarse con la segunda más adelante. Además, cada parte está dividida por capítulos no demasiado extensos, que dan algo de agilidad a la lectura en general. En mi opinión, la primera parte puede costar más leerla ya que está cuajada de historias paralelas las cuales a veces son un tanto espesas, con moralejas innecesarias en nuestros tiempos, pero algunas de ellas me han parecido más entretenidas que otras. La segunda parte de El Quijote no tiene tantas de estas historias y se centra más en las aventuras del ingenioso hidalgo y su fiel escudero. Un punto atrayente de la lectura es la inteligencia e ironía que emanan de Cervantes en este libro. En él da rienda suelta a sus opiniones y pensamientos, en boca de sus personajes o en la del narrador. Además, critica en varias ocasiones al aragonés al que se le ocurrió escribir una segunda parte de Don Quijote, y con estas críticas he de decir que he disfrutado mucho. Se nota un ingenio y una inteligencia superior en el gran autor. Aunque he tardado más de un mes en leer ambas partes, no he tenido en ningún momento la sensación de que la historia se alargaba demasiado, de hecho he alargado yo misma el final para no separarme de Don Quijote y Sancho Panza, lo cual me ha dolido en el alma. Me veo en la obligación de recomendar esta novela de aventuras y caballeros a todo el mundo, a internarse sin miedo en sus páginas, sin necesidad de terminarlo rápido, sino disfrutando de cada página y cada experiencia del famoso Caballero de la triste figura. + Leer más |
Qué se puede decir de El Quijote que no haya sido dicho ya. Obra cumbre de la literatura española y universal; pero lamentablemente tan ensalzada y tan poco leída a la vez. Quizás, porque se ha oído hablar tanto de ella, que se teme que al pedestal donde se la ha subido no se pueda llegar para entenderla y disfrutarla. Nada más lejos de la realidad, Don Quijote de la Mancha fue publicado por primera vez en 1605, cuando Cervantes tenía 58 años, y hoy, más de cuatrocientos años después, la primera novela moderna de la historia de la literatura universal, es accesible, entretenida, crítica y humorística. Cervantes, siendo el genial escritor que era, supo crear unos personajes locos, sabios, divertidos, e ingenuos a veces, pero que vale la pena conocer sumergiéndose en su gran obra. El Quijote no es sólo la primera novela moderna, sino a la vez, la primera novela polifónica, es decir, Cervantes nos muestra la realidad desde distintos puntos de vista, -la de los distintos personajes-, dando lugar a variadas interpretaciones de ésta. Algo a lo que en la actualidad estamos totalmente acostumbrados, pero que era absolutamente novedoso cuando la obra fue escrita. El Quijote es una crítica clara a las novelas de caballerías tan aclamadas y populares durante la Edad Media, pero no es sólo eso, sino que es un retrato de su época y una crítica social, entre otras cosas. La primera parte de El Quijote narra las dos primeras salidas de Don Quijote desde ese lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme,…la primera de ellas, él solo, la segunda, acompañado de su inseparable, desde ese momento, escudero Sancho Panza. El libro nos lleva a través de las aventuras y comúnmente desventuras que Don Quijote emprende y que suelen acabar no tan bien como él quisiera. Pero a parte de estas desventuras, son relevantes los diálogos entre caballero y escudero, tan sabios unas veces, tan locos otras, y tan geniales y humorísticos la mayor parte de ellas. Con Don Quijote y Sancho se entrecruzan un buen número de personajes a lo largo de las páginas de la novela para enriquecerla, creando un universo de situaciones, que uno podría pensar como el bueno de Don Quijote, que tienen que ser consecuencia de encantamiento. Enlace: https://www.blogger.com/blog.. + Leer más |
A lo largo de mi vida lectora he tenido que escuchar críticas absurdas de muchos libros pero, me temo, que el que ha sido más injustamente tratado ha sido la obra cumbre de Miguel de Cervantes. Conocido como El Quijote, en realidad se publicó en dos partes, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605) y El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (1615), con el famoso apócrifo de Avellaneda por medio, con poco más mérito que estimular la creación de esta segunda entrega. Dicen que es una obra que decepciona porque se trata de un libro de caballerías y resulta que no lo es. El género caballeresco, en la época cervantina, ya se estaba devorando a sí mismo, con su tendencia grandilocuente y esas eternas sagas en las que los hijos se veían obligados a superar las hiperbólicas hazañas de sus progenitores. Cervantes se burla de este subgénero creando la primera novela moderna, con un pesudoautor, unos personajes que se dibujan desde el diálogo, la sensación de movimiento y de paso del tiempo... a través de la historia de un loco cuerdo, que pierde la razón tras la lectura obsesiva de las novelas de caballería y decide salir a correr esas aventuras que ha experimentado a través de sus libros. Es imposible no reír con las intervenciones refraneras de Sancho y no sentir una franca ternura hacia él. Al igual que no conmoverse ante el honesto corazón del hidalgo y contener las lágrimas al final, cuando comete la mayor de las locuras y no nos deja otra alternativa que despedirnos de él. Enlace: https://www.instagram.com/mi.. + Leer más |
“—¿Y qué más tengo que ver que lo que he visto? —¡No te enteras! —dijo don Quijote—. Ahora me falta rasgar las vestiduras, esparcir las armas y darme de calabazadas por estas peñas, con otras cosas de este jaez, que te han de admirar.” ~ Don Quijote de La Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra. No creo que sea necesario, a estas alturas, hacer una sinopsis de Don Quijote así que entraré a comentar mi impresión. Esta primera parte nos narra las aventuras que todos conocemos: los molinos, las cubas de vino, el manteo de Sancho. Estas partes y las conversaciones entre Quijote y Sancho son lo que más me ha gustado de la historia, sobre todo las conversaciones entre ellos. El resto de historias que se van intercalando me han resultado más pesadas. He descubierto a un personaje en Sancho diferente al que tenía en mente. Frente al Sancho leal, he visto un Sancho más egoísta e interesado. Al parecer la lealtad tiene precio. Decir también que he escogido una edición antigua. Algunas de mis compañeras escogieron una edición adaptada y la verdad es que la historia estaba demasiado resumida en su versión. Yo os recomiendo que si vais a leer El Quijote, os arméis de paciencia y lo intentéis poco a poco con ediciones completas ya que es un libro que se lee una vez en la vida. Pues de hacerlo, hacerlo completo. Más adelante me pondré con el segundo tomo. Ahora descanso de La Mancha y de las locuras de este personaje. + Leer más |
Después de mucho tiempo esperando en mi estantería, llegó el momento de enfrentarme a un gigante de la literatura universal que, gracias a una adaptación al lenguaje moderno, me ha animado a leer y terminar esta obra de más de 1000 páginas. Aunque el autor de la obra es Miguel de Cervantes, Andrés Trapiello ha sido quien ha actualizado el texto, haciéndolo más asequible para los lectores modernos como yo. Hace un tiempo aprendí que este libro ha sido más leído por lectores no hispano hablantes y la razón es que cada vez que se ha traducido se ha adaptado al lenguaje del momento, mientras que aquí el lenguaje español del siglo XVII no ha sido alterado, haciéndolo complicado de leer y convirtiéndose en una horrible lectura obligatoria en los institutos para muchos alumnos. Sabiendo todo esto, lo he utilizado para varios retos (52 Week Book Club #16: libro que he visto leer en un sitio público, #29: más de 500 páginas, #32: un libro que te intimida; #24retosdelectura #6: clásico de la literatura española). Me ha tomado un tiempo el terminarlo (empecé a leerlo en abril, el día del Libro) pero poco a poco he disfrutado leyéndolo, hasta que llegué al triste final donde debía despedirme de los protagonistas, Don Quijote y Sancho Panza.
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"Quién va a ser sino el famoso Don Quijote de la Mancha, desfacedor de agravios, enderezador de entuertos, el amparo de las doncellas, el espanto de los gigantes y el vencedor de las batallas." Qué puede decirse del Quijote que no se haya dicho ya. Una obra maestra de la literatura universal que no se ha leído, se ha estudiado, como ninguna otra, posiblemente. Cervantes ideó la historia de un hidalgo aldeano que enloquece de leer novelas de caballería y nos hace partícipes de una serie de delirantes aventuras dentro de una dicotomía divertida pero también dramática. Aunque está concebida como una sátira de dichas novelas caballerescas, el Quijote es mucho más, constituye una lección magistral sobre la grandeza y la miseria se la condición humana. Como buenos caballeros andantes, sentimos en las palabras de don Miguel el noble afán de ayudar a los necesitados -o menesterosos- que produce un agridulce sentimiento de hilaridad y tristeza por esas mentes enloquecidas, a la vez sana y optimista, a pesar de las situaciones existenciales vividas en esta monumental obra. Nos apegamos a una piel tan fina que su etiqueta de universal o atemporal está más que justificada, siempre existieron, existen y existirán Quijotes y Sanchos Panzas. Es difícil llegar "virgen" a esta historia, siempre hemos oído o leído alguna referencia a episodios conocidos como el de los molinos, los galeotes o los cueros de vino, todos expuestos en la primera parte. La segunda, escrita con diez años de diferencia, es donde encuentro las novedades literarias. Cervantes plantea una historia como si don Quijote hubiera existido y los protagonistas fueran conscientes de popularidad plasmada en un libro. Me parece muy interesante la perspectiva del propio autor como un investigador más. Recuerdo unas palabras de Juan Ramón Jiménez: "Cervantes es nuestro Homero, y al mismo tiempo, nuestro mar de lenguas, olas y ondas que hablan, como sirenas, en español, y para siempre, como habla el mar, para él mismo, siempre del mar, que también cambia de lengua". Puede leerse en español del siglo XVII o una adaptación al lenguaje moderno, traducido o abreviado, pero la esencia del Quijote ha convencido al juez más importante del arte: el tiempo. Por eso siempre será inmortal. + Leer más |
¿Qué decir que no se haya dicho ya? El Quijote es una obra maestra de la literatura española que ha dejado una huella indeleble en la cultura mundial. A pesar de estar escrito en castellano antiguo, su lectura resulta muy satisfactoria gracias a sus capítulos cortos y su humor. La historia de este fascinante soñador tiene un ritmo genial, unos personajes bien construidos y unas aventuras sorprendentes. La relación entre Sancho y su rucio es un gran acierto, mientras que las invenciones de Don Quijote son simplemente geniales. Una auténtica joya, pero el que te obliguen a leerlo desmerece un poco. Es de esas lecturas que te vienen obligadas por los programas de estudios, y que desafortunadamente en esos momentos no sabemos apreciar ni valorar. Lo leí por entonces hace ya unos años, cuando aún no apreciaba lo que tenía entre mis manos. Pensé que se me haría bastante pesado por su extensión y el uso del castellano antiguo, sin embargo, me pareció un libro muy divertido que te hace reír a menudo de las ocurrencias disparatadas del ingenioso hidalgo y de la inocencia de su compañero. No imaginé que pudiera ser tan divertido y lo disfruté mucho. Después de releerlo, comprendí que este libro no es para principiantes. Cuántas enseñanzas nos deja sobre el arte de vivir. Cada pasaje es una lección de vida, en la que queda patente que los tropiezos y los fracasos no deben frenar nuestros sueños y expectativas. Es una historia muy significativa sobre cómo debemos vivir plenamente la vida. La locura de Don Quijote lo convierte en un luchador apasionado que defiende sus ideales en busca de su sueño. Requiere tiempo y paciencia para leerlo, pero realmente vale la pena, especialmente cuando se es lo suficientemente maduro para disfrutarlo. Hay que leerlo con calma y analizar bien a qué se refiere en cada episodio, porque son muy irónicos y la gracia se encuentra en su análisis detallado. Honor a quien honor merece, y al menos a mí, el quijote me parece que tiene la fama bien ganada. Un libro que debe ser leído al menos una vez en la vida. + Leer más |
Sobre la historia de este caballero andante poco se puede contar, ya que sus andanzas son mundialmente conocidas y muchos fragmentos son muy populares al rededor del mundo. Ha sido la segunda vez que he intentado leerlo, y esta vez he logrado terminarlo. He de decir que, pese a la dificultad que conlleva su lectura, me ha gustado bastante. Los personajes indiscutibles son Don Quijote y Sancho Panza, su fiel escudero. Don Quijote es un personaje que parece que está trastornado, a causa de leer demasiados libros de caballerías a lo largo de su vida, hasta el punto de creerse un caballero andante con una misión que llevar a cabo. Don Quijote engaña a Sancho para que le acompañe a realizar la misión, ofreciéndole el oro y el moro, y éste acepta sin dudarlo. Sinceramente siempre se ha tachado a Don Quijote de persona loca pero, desde mi punto de vista, lo único que hace es luchar por el sueño que siempre ha poseído de ser caballero andante y salvar a preciosas damas y, sí, puede parecer que está loco pero, ¿Quién es cuerdo en esta vida? Creo que todos somos un poco Quijotes cuando luchamos por algo que anhelamos. A lo largo de las aventuras, estos dos personajes se van encontrando con situaciones que me han hecho reír en más de una ocasión, y es que, la pareja formada por el caballero andante y su escudero, son de los mejores dúos que habitan en la literatura. La lectura no es ágil ni mucho menos, hay ciertas partes en las que el ritmo de lectura se frena en seco y se vuelve una lectura densa y tediosa. En numerosas partes, el autor se va por las ramas contando historias de personajes secundarios que no vienen al caso, o quizá lo que no viene al caso es la largura de esas narraciones y es que, ha habido historias de esas, que fácilmente contaban con cincuenta páginas y he terminado leyendo en diagonal porque no me aportaban nada a la historia. He tenido que leer varias veces algún párrafo que no lograba comprender del todo, ya que leer en castellano antiguo es bastante complicado. A medida que me enfrentaba al castellano antiguo me preguntaba ¿Cómo es posible que una lengua haya cambiado tanto? En lineas generales ha sido una lectura pesada en muchas partes, con la sensación constante de que le sobran muchas páginas por lo extremadamente aburrida que se hace la lectura en algunos momentos. Las partes que más me han gustado son en las que aparece el dúo protagonista. Esas partes se me hacen amenas e interesantes a la par que divertidas, y el personaje de Don Quijote sólo se puede definir como genio y figura. Enlace: http://lecturasdeseshat.blog.. + Leer más |
¿Cómo valorar uno de los grandes clásicos de la literatura española? Esta novela encierra mucho más de lo que algunos lectores han sabido apreciar, pues en su interior encontramos humor, tragedia, realidad, y una dura crítica a la sociedad de la época. Pese a que el castellano antiguo pueda resultar difícil de comprender en algunos puntos, sin duda recomiendo leer este libro en su edición original con anotaciones y explicaciones (a fin de que el lector comprenda bien cada parte del texto), en vez de una adaptación del mismo, en el que se pierde la mayor parte de su esencia. Creo que es un libro que merece la pena leer con detenimiento, y que si se lee despacio y pocos capítulos al día, no satura al lector. Sin duda, una de las mejores obras que he leído a lo largo de mi corta vida. |
Como la mayoría de niños, a mí también me mandaron leer en el colegio una selección de capítulos de El Quijote. Ya se sabe que, cuando haces algo por obligación, la cosa no suele salir bien. No recuerdo gran cosa de esa primera lectura. Así que, unos diez años después, decidí volver a leer esta obra por mi cuenta y, esta vez, de forma completa. Debo confesar que es complicado valorar una obra con tantos siglos en su lomo. Entiendo que en su época este libro revolucionó la literatura porque se mofaba abiertamente de los libros de caballería que tanto gustaban por entonces, pero ahora esas burlas caen en saco roto. Si Cervantes hubiera escrito ahora este libro, no se hubiera comido ni un colín. Con esto quiero decir que El Quijote sólo se puede dar una opinión objetiva con la condición de que no te salgas de la época en la que fue escrito, que no lo compares con ninguna otra obra distinta al género de caballería del siglo XVII. En general el libro me ha parecido flojo. Había capítulos entretenidos, hasta graciosos, y otros soporíferos y lentos. El lenguaje y la forma de escribir fueron uno de los mayores obstáculos. El Quijote bebe mucho de su época y eso dio lugar a altibajos en mi lectura. Al principio el protagonista me pareció simpático con sus locuras de héroe y sus ideas descabelladas que no hacían más que meterlo en problemas, pero esta fiebre acaba siendo un poco cargante. Por tanto, mi atención se centró en Sancho Panza, el fiel escudero con la misión de sacarle las castañas del fuego aunque sin conseguirlo algunas veces. El final de ambos personajes me pareció triste, sientes verdadera lástima, pero no había ninguna otra forma de terminarlo. Ningún otro desenlace hubiera sido creíble. Saludos ;) + Leer más |
El hilo conductor de este fabuloso tomo II es el encantamiento de Dulcinea. Y las aventuras tenderán a su desencantamiento. Aunque transcurren solo 10 años entre los dos tomos, es mucho más moderno, más ágil, menos arcaico. Increíble como al cabo de 4 siglos perduran los modismos y algunas frases con unos decires muy simpáticos como por ejemplo "dejar caer las compuertas de los ojos" (Sancho) por cerrar los párpados. Y así, los hay por miles. Aparece un Quijote apócrifo hacia 1614 por un señor Avellaneda, probable eclesiástico de la Contra Reforma, natural de Tordesillas quien estaba molesto con las pullas de Cervantes hacia Lope de Vega. La primera referencia hacia el falso Quijote aparece en el capítulo 59 y luego 6 veces más. Se puede pensar que la obra de Avellaneda apareció cuando Cervantes escribía el capítulo 59. En el capítulo 72 Cervantes introduce uno de los personajes importantes de Avellaneda, don Alvaro Tarfe, quien se ve forzado de constatar que Quijote y Sancho "son los verdaderos" y a repudiar la validez de su propia experiencia. Es un juego atrevido con la verosimilitud, un recurso ingenioso que concede una realidad al de Avellaneda al mismo tiempo que le niega toda autenticidad. El golpe de gracia viene en el último capítulo en que Cide Hamete pone en su pluma "el escritor tarfevillesco que se atrevió a escribir con pluma grosera y mal desaliñada..." Aunque median 10 años entre la publicación de los tomos 1 y 2, sólo hay 1 mes desde que Don Quijote vuelve a su aldea en una jaula. Las aventuras del Quijote de 1615 son más profundas, complejas y sugerentes : el encantamiento de Dulcinea, el retablo de Maese Pedro y la cueva de Montesinos. Si la primera parte es búsqueda, la segunda es el encuentro. Y es la historia del inevitable y doloroso engaño para los dos. + Leer más |
Un libro que hay que leer cuando se tiene ganas, con tiempo para disfrutarlo y entenderlo. Me ha parecido maravilloso, Sancho y Don Quijote son entrañables y sus aventuras magníficas. Espero leer algo más de Cervantes. Lo recomiendo mucho, pero creo que hay que tener en cuanto que cada cosa tiene su momento, leerlo sin ganas solo hará que no nos guste, a pesar de que la prosa es muy entendible y sencilla.
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Unas de las Novelas Ejemplares de Miguel de Cervantes es Don Quijote de la Mancha. Su publicación: La primera parte de El ingenioso don Quijote de la Mancha se publicó en 1605. Su éxito fue inmediato: se realizaron númerosas ediciones y traducciones. Alfonso Fernández de Avellaneda escribió una continuación apócrifa (1614), lo que apremio a Cervantes a redactar la segunda parte, que salió a luz en 1615. Argumento: En la primera parte se narran las dos primeras salidas de don Quijote. En la primera salida, Alfonso Quijano, Hidalgo Manchego, pierde el juicio por leer libros de caballerías y decide hacerse caballero andante para restablecer como ellos el orden y la justicia en el mundo. Y en la segunda salida, lo acompaña Sancho, su escudero, al que promete grandes recompensas. Protagoniza alocadas aventuras(molinos de viento, rebaños, batanes ...) en las que sale vapuleado. Al final, el cura y el barbero de su pueblo engañan al caballero haciéndolo creer que está encantado y lo conducen de regreso a su aldea encerrado en una jaula. Y en la segunda parte narran la tercera salida del caballero. Los protagonistas se encaminan hacia El Toboso, donde vive Dulcinea. Se narran diversas aventuras. En Aragón, unos duques se burlan del amo y del criado. En Barcelona don Quijote es derrotado por otro caballero y debe regresar a su pueblo, donde recupera la cordura y muere rodeado de su familia y amigos. Los protagonistas: Don Quijote y Sancho son figuras opuestas y complementarias. Ambos presentan las dos caras de alma humana: el idealismo y el realismo. + Leer más |
“ que de tanto leer novelas de caballeria se le secó el cerebro” una obra satirica y menor del “ manco de Lepanto “ que se convirtio en su mas aclamada obra, llena de humor, y plagada de enseñanzas , con un fuerte estilo dogmatico, deja un agradable sabor de boca, libro que dificilmente se lee de corrido, pero que es imprescindible para entender la literatura hispana, por añadidura con un final inesperado ......o no ?
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En este texto de literatura española, novela de caballerías. Se puede apreciar las increíbles aventuras que aparecen en la cabeza del reconocido hidalgo Don Quijote de la Mancha, el cual batalla con increíbles gigantes, queda excento de numerosas batallas con el fin de que su querida Dulcinea del Toboso se enamore de él. Además, es un libro de cultura general enriquecedor por el contenido y por cómo se estructura, posteriormente sirvió como fuente de inspiración para muchos escritores. Es un libro muy recomendado, ya que dejas que la imaginación fluya y disfrutas de su contenido |
Debo confesar que he tardado tanto en escribir la reseña de “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, de Miguel de Cervantes, porque hacerlo despierta en mí un poco el síndrome del impostor; ¿cómo osar hablar de este libro? Estamos ante una auténtica obra maestra, el clásico español por antonomasia, un libro divertido, ingenioso (como el propio título indica), completo, brillantemente escrito… podría gastar todos los caracteres de la publicación poniendo adjetivos, y todos buenos. Cervantes sorprende por el dominio tan perfecto que tiene del lenguaje, su prosa es impecable, la riqueza de su vocabulario es inconmensurable, la originalidad de la historia y la complejidad de sus personajes hacen que cada capítulo y cada párrafo sean dignos de análisis. Libro de libros, la historia combina la trama principal en la que despliega las andanzas y aventuras (o más bien desventuras) de la maravillosa pareja de Quijote y Sancho con otras subhistorias a modo de novelas ejemplares en las que se nos narran las vidas de los personajes secundarios que van apareciendo y desapareciendo de la historia. Subtramas de lo más interesantes pero que, perdonadme el atrevimiento, a mí se me han hecho un poquito densas sobre todo en la primera parte, quizá por retrasar la historia principal al incluirlas. De cualquier modo, sostengo que es un libro que roza la perfección, del que me ha maravillado la originalidad y la calidad de la historia, el fino humor del autor, la belleza y el lirismo de determinados pasajes, y las circunstancias en las que fue concebido (sobre todo las de la segunda parte). Sé que “El Quijote” es un libro de esos que dan miedo, respeto, reparo, por su extensión y su complejidad, pero también es de los que, una vez empiezas a leerlo, hacen que te preguntes por qué no lo has hecho antes. Así que, quitaos el miedo y ¡leed “El Quijote”! + Leer más |
El retrato de Dorian Gray