Dionisíacas. Cantos I-XII: 1 de Nono de Panópolis
Los dioses, con su forma recuperada, retornaron al Olimpo junto al vencedor de Zeus, tras cambiar el alado aspecto de su rostro. Y Atenea, con su suave túnica, desprovista de armas, volvió al cielo, donde emprendió una festejosa danza en honor de Ares, cuya melodía hilaba la Victoria. Y Temis suspendió las armas del derrotado Gigante en lo alto del vestíbulo del Olimpo, a fin de exponerlas como objeto de terror ante la insensata Tierra, madre de futuros Gigantes.
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