Dionisíacas. Cantos I-XII: 1 de Nono de Panópolis
Los ojos del Gigante guerrero se llenaron de cenizas por el humo y el hollín. Las mejillas, en el llovido rostro, emblanquecían a causa de las torrentes de nieve. Así los cuatro Vientos, los sometieron bajo su violencia, de cuádruple yugo.
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