Tenemos entre las manos un librito repleto de historias cotidianas y tan comunes que es imposible no sentirse identificado o ver a alguien cercano totalmente relajado en ellas. A mí me ha pasado en todas y cada una de las tiras, cada página que leía sentía la necesidad de compartirla con alguien que sabía que iba a entenderla igual que yo y a reírse conmigo.
Los dibujos son muy sencillos, y quizá sea precisamente eso lo que hace que tengan tanta gracia.
No conocía estas tiras cómicas ni a la artista, pero me he hecho muy fan. Una vez que cogí el libro, no podía parar, he devorado historieta tras historieta, cada una con su correspondiente carcajada. Por lo que no puedo hacer otra cosa que recomendarlo muchísimo.