Elizabeth y su jardín alemán de Elizabeth Von Arnim/Sara Morante
Bueno, no sirve de nada afligerse y, después de todo, lo primero que hago es salir afuera y sentarme bajo los árboles y mirar el cielo moteado de nubes, y contemplar los rayos del sol sobre los maizales a lo lejos, sobre la llanura, y todas las pesadumbres desaparecen por sí solas, y entonces me parece imposible estar triste y descontenta cuando todo lo que me rodea es tan radiante y acogedor.
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