Cada siete olas de Daniel Glattauer
No prestaré atención a la forma ni al contenido de tus palabras, sólo al modo en que las pronuncias. Quiero verte hablar, Leo. Quiero verte escuchar. Quiero verte respirar. Tras un periodo tan largo de estrecha, íntima, alentadora, refrenada, incesante, interrumpida, satisfecha e insatisfecha virtualidad, quiero verte durante una hora de una vez, de una vez para siempre. Nada más.
|