Quince días en las soledades americanas de Alexis de Tocqueville
Uno se siente orgulloso de ser hombre y al mismo tiempo siente una especie de amargo pesar por el poder que Dios nos ha concedido sobre la naturaleza. El alma se siente agitada por ideas y sentimientos antagónicos, pero todas las impresiones que recibe son intensas y dejan una profunda huella.
|