Un perro de Alejandro Palomas
R no ha vuelto a dormir en el suelo. A veces, cuando corre en sueños, noto su pata sobre las costillas, empujando. Otras, el calor húmedo de su hocico en el cuello. Y hay noches en que soy yo el que lo abraza por detrás, buscando ese olor a cachorro que conserva todavía y en el que yo encuentro una pequeña casa donde todo está bien.
|