Querido cupido: Aparta esa flecha de mí o vas a necesitar otro pañal de A. R. Cid
―No sé si eres tonto o solo te gusta hacerlo, pero confía en mí y búscate a otra. No necesito que nadie me proteja ―añadí girándome para largarme. ―Puede, pero alguien tendrá que proteger a los pobres incautos que se crucen en tu camino ―añadió aquel tío corriendo para cortarme el paso. Sería tan sencillo hacerle comer asfalto que la idea me pareció hasta justa, recompuse mi gesto y controlé mis instintos homicidas―. Y si hay posibilidades de ser acosado de nuevo tengo que estar cerca. No quiero que otro disfrute de algo tan maravilloso. |