Franziska zu Reventlow dijo que Schwabing no era un lugar, sino un estado. Un estado de ánimo que había que vivir y sentir y que era difícil de explicar con palabras, aunque ella intentó hacerlo en sus Apuntes del señor Dama. El barrio bohemio Schwabing (llamado Wahnmoching por la autora) fue, durante muchos años, un oasis artístico en la Alemania de principios del siglo XX, inmediatamente anterior a la Primera Guerra Mundial. La novela trata sobre estos primeros comienzos del medio artístico. El barrio jugó un papel importante en la vida de Franziska, mujer descendiente de una familia noble que tuvo que refugiarse en Múnich. En este ciudad se hizo conocida bajo el apodo de "condesa del escándalo", debido a su vida amorosa turbulenta, a ser una madre soltera y a recorrer las calles con la cabeza descubierta (¡qué despropósito!). Reventlow divide su personalidad y características entre tres de los personajes de la novela, tanto femeninos como masculinos: el señor Dama, Susanna y Maria. El primero (el señor Dama, un joven perseguido y condenado por lo irónico de su apellido) es el autor del manuscrito encontrado (juego que ya vimos también en el Quijote), un narrador intradiegético que ridiculiza el aspecto cultural que presenta por su gran ignorancia e inocencia. Maria y Susanna son dos de las mujeres que pertenecen al movimiento filosófico-cósmico en el que se adentra el protagonista tras su mudanza al barrio. Dos mujeres que lo hipnotizan y acompañan en su peripecia por la magia, la superstición y el descubrimiento del amor libre (un predecesor del poliamor actual, vamos). El narrador, al igual que le ocurrirá a la lectora cuando lea las conversaciones transcritas, será incapaz de interpretar las interacciones sociales de este medio, y probablemente seguirá igual hasta el final del relato. El esoterismo del círculo dificulta la comprensión, pero también ofrece una experiencia lectora fundamentalmente diferente. + Leer más |