El castigo

Con esta reseña en particular navego entre las ganas que tengo de poder dar detalles sobre la trama y la originalidad de su desarrollo, y lo inconveniente que resultaría adelantar algo relevante al respecto. Amaya Álvarez nos ofrece en El Castigo, una obra brillante que no desluce en absoluto con su brevedad. Pudiéramos encasillarla muy a grandes rasgos como una fantasía oscura que se inserta dentro de una narrativa impecable y que nos ofrece momentos de verdadera angustia e incluso de terror ante el desconcierto de la situación y la precipitación de los acontecimientos en esa sublime eclosión final que difícilmente no nos mantendrá en vilo. Además, los más románticos podrán disfrutar también de una historia de amor nada convencional que, de hecho, nace del propio autodescubrimiento.

Mai vive una existencia gris desde el momento en que su exnovio Víctor la abandonó. Un día descubre que no está sola dentro de su cuerpo o, más propiamente, de su mente. Hay un ser oscuro que parece acompañarla y cuya existencia (que es manifiesta unas pocas veces al día) es todo un enigma para ella. A partir de este momento tratará de desentrañar el enigma que supone esta presencia, así como su identidad y los motivos que le han llevado a “acompañarla” de esta manera. Por otro lado, el propio ser por su parte estará valorando a Mai, intentando conocer esta suerte de cárcel que se la ha impuesto.

El libro está narrado desde los dos puntos de vista: tanto el de la propia Mai como el de este ser oscuro del que nada quisiera adelantar. Este es un hecho que siempre me parece de agradecer porque ayuda a conectar mucho más con los protagonistas. Además, dada la peculiar naturaleza de uno de ellos, nos acerca mucho más a su mundo y a desvelar detalles acerca de sus intenciones y todo lo que le rodea. Aunque en este sentido no se nos da toda la información, creo que esto ayuda a aumentar ese halo de oscuridad y misterio que rodea la trama en todo momento. Por otra parte, el libro va al grano desde las primeras páginas y su enigma atrapa haciéndonos sentir incluso en algunos casos un poco impotentes ante la idea de no comprender todo el mundo que rodea a esta “oscuridad”. Ahora bien, ello creo que forma parte de esa atmósfera que consigue de forma tan meritoria la autora.

Por otro lado, adentrándonos en aspectos más profundos, considero que hay un viaje verdaderamente introspectivo en lo que a la protagonista se refiere. Esa alteridad que descubre en ella consigue también llevarla por un camino de autodescubrimiento y de valoración personal en un momento complicado de su vida. A veces vernos con otros ojos (que paradójicamente en este caso son los suyos propios) puede ayudarnos a despertar del letargo de la subestimación personal. No puedo dejar de mencionar un final que mantiene el corazón en un puño y una sorpresa final que no pudo ser mejor recibida por la que escribe. En conclusión y, sin querer desvelar más de un libro que debe ser descubierto de manera integral, solo puedo apuntar que me encantaría tener la oportunidad de saber más acerca del universo que podemos vislumbrar en los momentos en que se van disipando algunas de las sombras que proyecta El Castigo.