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Gian Carlo Montalvano y su hija Silvana abren una juguetería en Venecia, justo en frente de la de los Corsini. A raíz de eso, Mario empieza a entablar amistad con Silvana... para descubrir cosas que quizá preferiría no saber. Las ganas que tenía de leer lo último de Victoria y lo que lo he disfrutado. Como siempre, la edición de Nocturna es preciosa. Por su parte, Victoria escribe de vicio. He adorado el estilo pausado y turbio que envuelve a la novela, cómo encuentra las palabras adecuadas. Las eternas tiene una ambientación increíble, la Venecia del siglo XX, y una trama más grotesca de lo que pueda parecer. Sí que pueden adivinarse por dónde van los tiros (una, que escucha mucho programa de true crime), pero yo sólo he intuido las líneas generales; hay muchísimas cosas que me han sorprendido. La ambientación me ha parecido maravillosa, y me ha creado necesidad de visitar Venecia. Se nota en todas las novelas de la autora que se documenta una barbaridad, y conoce datos que ni siquiera aparecen en la novela. Puede engañar un poco por ser un libro cortito (y más teniendo en cuenta a lo que Victoria nos tiene acostumbradas), pero te aseguro que no echarás nada en falta. Las eternas también da pie a cierta reflexión sobre la vida y la muerte, aunque no de forma directa. Los personajes me han parecido maravillosos, y eso no quiere decir que me hayan caído necesariamente bien; son humanos y reales, lo que siempre se agradece. A pesar de la ambientación histórica y el estilo algo pausado, no es un libro cargante en absoluto: Victoria siempre consigue encontrar el tono adecuado para cada novela. |
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