Urraca

Nuria Yañez, más conocida como Fresita, fue la ganadora de la quinta edición de Gran hermano.
La flower power catalana contaba con grandes talentos como faltarle más de un hervor, ver siempre la vida color de rosa, todo felicidad, alegría y amor.

A cuatro pulsaciones por minuto, y con menos riesgo de infarto que un caracol, María Teresa Álvarez hace de Urraca Alfonso un clon de Fresita.

Todo el puñetero libro respirando amapolas, deshojando petunias y con el buenísimo por bandera hasta sentir náuseas.

Juro que vi unicornios arcoíris y pedos de algodón de azúcar fucsia.

El lenguaje utilizado y el contenido no corresponde de ninguna forma, con cualquiera de los personajes en los diferentes momentos de la historia.

Todo es maravilloso, ¡ohhh intercepté los mensajes de las palomas enviadas por tu amor!¡ Ohh no importa, entiendo los motivos!

¡Ahh le di un garrotazo a tu prima, no me guardes rencor! ¡Ohhhh, al contrario te lo agradezco tanto!

Flaco favor le hace la autora a la historia, y a la protagonista convirtiéndola en tonta del culo.

No contenta con ello, la escritora asturiana , muy baja en rigor, elabora un texto lleno de anécdotas introducidas de manera forzadísima, tales como si los restos de Santiago eran falsos o no, que ni siquiera corresponden a la época de la narración.

Da la sensación de que Terelu Álvarez tropezó con un documento donde aparecería esta Urraca y en lugar de investigar, inventa y lo hace, como si estuviera escribiendo un guión para Barrio Sésamo.

Para colmo, cuando tiene la ocasión de hablar de la parte por la que la hija de Alfonso VII fue conocida la deja oliendo flores a la vera de un río.

Urraca Alfonso, fomentó las revueltas de Asturias frente a su hermanastro Fernando de León. Fue una mujer de firme carácter, en un mundo de intrigas, ambición y crueldad. El buenísimo y la pasividad que le atribuye la autora es patético y ridículo.

El libro se lee rápido, pero carece de pena y de gloria, simplemente entretiene, hasta que el cerebro estalla ante tanta paz y amor.

Al final , en los apéndices, se le pasa el efecto del porro de cola cao, y entonces va, y nos ofrece una nota de autor, pulcra, ordenada, con buena prosa...
¡¡La madre que la parió!!

Solo una cosa hizo bien. Asturias. Me vi buscando hoteles y rutas por los lugares descritos, si quitas lo demás, le hubiera quedado una guía de viajes exquisita.

He necesitado días para que se me pasaran los efectos secundarios de tanto azúcar opiáceo. Afortunadamente ya me encuentro totalmente restablecido. ¡O no!

¡¡Arre unicornio!!