Fuego amigo, amor enemigo

Esta novela está indicada como policíaca en la página de la editorial porque hay una investigación, rodeada de acción y algo de intriga, pero la base de esta historia es esa relación que se va fraguando entre los dos protagonistas, obligados a estar el uno con el otro al encontrarse aislados, por lo que es una novela romántica.

Comencemos por el principio: la protagonista de esta historia es Lucía, una investigadora de una aseguradora que se ve involucrada en un tiroteo en su propia oficina, que tiene como resultado algunas muertes y heridos. A partir de aquí, descubriremos de dónde viene Lucía, qué le ocurrió hace años que marcó su vida y sus decisiones, además de las consecuencias de haber estado allí en ese preciso momento. Lucía, totalmente desubicada, acaba huyendo de sí misma y se refugia en su pasado. Lo que no espera es que en ese aislamiento no estará sola.

Me ha resultado narrativamente interesante, una historia adulta y más pausada de lo que me esperaba, algo que me ha sorprendido con agrado. El texto, cuyo planteamiento inicial sería esa sinopsis que comparte la editorial con nosotros, se mezcla entre la intriga de lo que estamos leyendo y los recuerdos de Lucía que nos ayudan a entenderla.

Es cierto que hay una parte de la historia que gira en torno a una investigación, en cierta manera ajena a los propios personajes, pero para mí es simplemente un ruido de fondo sobre lo que realmente importa en esta historia: la relación de ellos dos. Una relación lenta, pausada, que se establece entre dos personas que aparentemente coinciden por las circunstancias. de hecho, la mayor parte de la novela transcurre en dos o tres días y en un entorno pequeño y aislado.

Los momentos íntimos entre ellos llegan a adquirir un carácter bastante erótico y explícito, que si bien podrían ser menos directos porque eso no desvirtuaría la sensación de cercanía que ya se genera entre la pareja, es una manera de entender el cambio que se produce en Lucía y en su manera de afrontarse a su realidad.

No hubiera venido mal una pequeña compensación al lector cambiando el punto de vista en algún momento, o quizá en el epílogo, que es un recurso muy utilizado en romántica. Creo que él tenía mucho que decir y hubiera completado la trama. Lógicamente, es decisión de la autora haber estructurado así la historia y dejarnos conocer al protagonista a través de las sensaciones que ella recibe; eso no lo discuto. No obstante, creo que le hubiera aportado algo más de juego a nuestras percepciones.

Además de la relación entre ellos, de aceptarse, de conocerse y de entenderse, esta historia nos habla de cómo te puede cambiar la vida cuando piensas que nada puede ir peor; habla de amistad y cercanía; habla de volver a la esencia y a los recuerdos, a los momentos en los que fuimos felices; habla de decisiones y habla de buscar nuestro camino, por mucho que eso duela. Por cierto, me ha encantado ese sabor a pueblo, a vecinos y a recuerdos.

En resumen, ha sido una lectura diferente a lo que me esperaba, donde el eje central está en esa relación que se forma entre los dos protagonistas, tan importante y decisiva, y donde he descubierto que la autora sabe crear un personaje complejo, roto y hundido como Lucía, y, sin complicar mucho la historia, hacerle renacer. Recomendable si eres lectora de romántica y una autora a tener en cuenta.


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