A bocajarro

Todo comienza cuando una niña aparece muerta en una plazoleta de un barrio situado a sur de Madrid. En un barrio donde la droga, la prostitución, la inmigración y las peleas imperan por encima de todo, nadie, incluida la policía, entiende quien ha podido cometer este crimen contra alguien inocente.
Martín, jefe de la brigada policial, será el asignado al caso. Intentará encontrar pistas pero pronto se dará cuenta que no va a ser tarea fácil, porque ni la propia familia de la niña ayuda. Tal vez porque esta familia, aunque son gente normal, arrastran un pasado que podría tener que ver con el asesinato de su hija.

En este libro, su autor que por su profesión como abogado penalista, conoce bien como funciona el sistema, no centra la historia en la investigación policial, que por cierto no logra apenas avances por más que lo intentan, sino en la propia familia de la niña, más concretamente en su madre, que decide investigar por su cuenta. No se fía de los “cauces oficiales” y decide buscar ella misma las respuestas y hacer justicia.
Según avanzamos en la lectura, iremos descubriendo, alrededor de esta trama principal, otras subtramas en las que el autor nos muestra el pasado de los personajes. Todas estas piezas irán armando el puzle hasta llegar a descubrir al culpable y el porqué de este asesinato.

Me ha gustado mucho la ambientación, con la que el autor logra plasmar ese ambiente de barrio de clase humilde, de gente trabajadora, una zona acostumbrada a la delincuencia, donde bandas, drogas y prostitución cohabitan con familias que subsisten a duras penas.
Si hablamos de los personajes diría que este libro es una novela coral en la que todos y cada uno de ellos, principales y secundarios, son importantes. El autor los perfila perfectamente y gracias a esto vamos a conocer su pasado y presente, que hacen, como lo hacen y sobre todo el porqué, los motivos que los lleva a actuar como lo hacen.

A lo largo de la lectura, además de un montón de incógnitas, vamos a ir descubriendo ese pasado que arrastran los personajes, esos secretos que irán dando forma a toda la historia.

Una novela más de género negro que policiaca, cruda e intensa, con un ritmo que se cuece a fuego lento, donde el autor con un lenguaje cuidado introduce mucha crítica social, y nos deja en el aire la pregunta: ¿Dónde está el límite entre venganza y Justicia? Y, puede ser la venganza una forma de justicia?