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Ana está a punto de descubrir lo que es la crisis de los cuarenta. No consigue encauzar la relación con sus dos hijos adolescentes, tiene un marido que está solo de cuerpo presente y un jefe que solo la ve como la chica para todo de la oficina. Parece que el único que se alegra de su existencia es el perro. La acompañaremos en sus mil y una situaciones que le va a tocar vivir y conoceremos de su mano que, a veces, la mejor solución es salir corriendo ¿o era al revés? Me ha costado empatizar con la protagonista. Creo que ha sido por el cambio de pensamiento a nivel generacional. Borja me ha caído bien solo a ratos. Yo no he crucificado tanto como ella a Jesi o a Bea. Y Manu me ha sorprendido al final, aunque la mayor parte del libro he pensado que tenía horchata en las venas. El libro nos narra las desventuras de Ana mientras se le junta atravesar la tan temida crisis de los cuarenta con una menopausia precoz. Cuesta un poco coger el hilo al principio, pero a partir del tercer capítulo te sitúas y todo va rodado. Es una historia que creo que no era mi momento para leerla. No entendía las motivaciones de Ana para actuar como lo hacía y eso me ha llevado a no empatizar con ella. A pesar de eso, el libro me ha parecido muy entretenido y me he reído con todo lo que le pasaba a la pobre protagonista. En el momento hospital ¡no he podido parar de reír! ¿Vosotras habéis sufrido la crisis de los cuarenta a los veinte o a los treinta? (Ya os digo que yo la sufrí a los veinte y la estoy sufriendo a los treinta xD) |
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