Qué lamentos, qué suspiros Ítaca difundirá, cuando sobre el pavimento cada quien me verá tirado con un golpe mortal, tembloroso, miserable sin escapar jamás a esta herida incurable |
Qué lamentos, qué suspiros Ítaca difundirá, cuando sobre el pavimento cada quien me verá tirado con un golpe mortal, tembloroso, miserable sin escapar jamás a esta herida incurable |
Tal es la inestable suerte del microcosmo humano, hoy está uno dispuesto y mañana en la tumba. |
Las hijas de la noche se ganan mi mérito: pues durmiendo he soñado que mi hijo Telégono ¡Ay! Debe matarme entrando en mi casa. |
Penélope corazón mío, mi vida y mi amor, mírame aquí vuelto de mi estancia terrible, ¡Ah! qué contento soy en el final de mi edad, de volver a verte todavía, después de tan largo viaje. |
PENÉLOPE ¿Y qué es el amor? LAERTES Un fino encantamiento, un dulce veneno cubierto de una venda triste |
Ah, dama de los combates, mi princesa guerrera, hija del tonante, guía de mi vejez, que bese yo tus pies, ¡ah! que bese también tu lanza, tu casco y tu crin de oro. Santa raza del cielo, ¡eh! ¿Soy digno todavía de saber de tu parte de dónde pende mi ruina? |
¿No he hecho parecer al hijo de Telamón que yo era más que él en virtud y renombre, cuando conseguí con mi docto lenguaje del Pélida Aquiles la gentil armadura? Atreviéndome a probar de ciencia y de hecho que yo era capitán y orador perfecto |
¿Cuál de los siguientes libros fue escrito por Gustave Flaubert?