El Tío Goriot

No tenía pensado leer a Balzac pero se cruzó en mi camino la lectura conjunta del @macondoclubliterario y pensé que sería una buena oportunidad para iniciarme con el gran novelista francés. No las tenía todas porque esperaba algo muy difícil de leer y tampoco es que estuviese yo para grandes esfuerzos, pero pensé, lo empiezo y si no me va, lo dejo y ya está. No fue así ni mucho menos. Balzac me cazó a la primera y me enganchó hasta el final.
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Le Père Goriot (1835), traducida como El padre Goriot, El pobre Goriot o El viejo Goriot, forma parte del ciclo narrativo de “La Comedia humana” donde Balzac quiso recrear la sociedad francesa de la primera mitad del siglo XIX. Hay algunos personajes recurrentes pero las novelas se pueden leer por separado.
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En este drama hay (para mi) tres protagonistas: Goriot, un comerciante jubilado venido a menos porque ha dedicado su vida y su fortuna al bienestar de sus egoístas hijas, el joven estudiante Eugène de Rastignac que inicialmente parece un mero espectador pero su historia ocupa gran parte de la trama y Vautrin, “el malo”, que hará temblar los cimientos morales de Rastignac y le dará un poco de salsa a la narración, hay intervenciones suyas que son para enmarcar.
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Estos personajes, junto con otros de lo más variopintos, conviven en la pensión Vauquer y nos son presentados con gran maestría en el primer capítulo. La descripción de la casa no tiene desperdicio, Balzac tiene una gran forma de acercarnos a esa decadencia que nos quiere presentar.
«Aquells hostes feien pressentir drames complerts o en acció, no pas d'aquells que s'interpreten en un escenari, entre decorats, sinó drames vius i muts, drames glaçats que remouen el caliu del cor, drames continus.»
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La novela es una gran crítica a la sociedad parisina, a su falsedad, su falta de valores y a los pocos escrúpulos de quienes quieren conseguir algo a cualquier precio. Trata también el tema de la paternidad de una forma muy cruel y extremista, Goriot es un padre totalmente entregado a sus hijas que no recibe más que despreció a cambio.
Al final de la novela quedan algunos cabos sueltos y me he quedado con ganas de más Balzac.