El cirujano de almas

Bruno Urdaneta es un niño cuando llega a Barcelona en busca de su tío Alonso, un cirujano que no es que lo acoja con demasiadas ganas pero con el que, al final, establece no sólo una relación tío-sobrino sino también de maestro-aprendiz. Y es que Bruno enseguida muestra un claro interés hacia la profesión de su tío: la cirugía. Una cirugía que no es como ahora la entendemos, una profesión que estaba en sus inicios y que cometía más errores que aciertos. Pero Bruno tiene un don y también un interés tremendo por aprender y por ir más allá de lo establecido. Además, se fija en áreas apenas tratadas por la medicina como los asuntos propiamente femeninos.

La novela comienza en el año 1796 y se extiende durante unos años más para, al mismo tiempo que nos cuenta la vida personal y profesional de Bruno Urdaneta, hablarnos de los vaivenes del país. Una época especialmente convulsa, con un rey Carlos IV que dejaba el (des)gobierno en manos de su valido, el odiado Manuel Godoy y un Napoleón que campaba a sus anchas por Europa y que tenía los ojos puestos en nuestro país. Años turbulentos los que se vivieron en España y de los que la novela nos va a dar profusa información: la abdicación del rey en su hijo el esperado Fernando VII que luego resultó ser, probablemente, el peor rey que pudiéramos haber tenido. Las tropas francesas que entraron de paso y decidieron que aquí se vivía muy bien y que ya si eso nos quedamos unos añitos. Y si ponemos rey a un hermano del emperador, pues mejor. Unos españoles que no se rinden y a quienes da igual que Napoleón nunca haya sido vencido, siempre tiene que haber una primera vez. Y unos hombres preclaros que vieron que la solución era la redacción y aprobación de una Constitución, la primera, la famosa Pepa, la de 1812 que tanta importancia ha tenido en el panorama constitucional español aunque apenas estuviera en vigor… de toda esta época, para mí sumamente interesante, nos va a hablar la novela. Y lo hace, como es típico en este autor, envuelto en un montón de acción, de tramas y subtramas super entretenidas en las que hay de todo: amor, aventuras, cierta intriga… Una novela para disfrutar leyendo pero para, al mismo tiempo, aprender.

Y no sólo de Historia general habla el libro, también de la historia de la cirugía. Los cirujanos por aquel entonces no eran los prestigiosos médicos que son hoy en día sino que ni siquiera eran médicos. Estaban muy por debajo de los médicos, que sí tenían reconocimiento, y se les llamaba matasanos. También es verdad que con las cosas que hacían era normal que tuviesen esa consideración porque menudas prácticas se llevaban a cabo… Pero ya había un incipiente movimiento hacia una mejora de la cirugía, hacia un estudio intensivo del cuerpo humano y de las causas de las enfermedades. Mentes preclaras como la de Bruno consiguieron que, poco a poco, la cirugía llegase a la categoría que tiene hoy. Un bonito reconocimiento el que Luis Zueco hace a la profesión médica en general y a la cirugía en particular.

Muy interesante también la parte de la medicina en la que Bruno se va a centrar: el parto de las mujeres. Por temas personales, va a tener un interés especial en entender el embarazo y el parto pues en éste morían muchas mujeres, normalmente entre terribles dolores. Y es que si la medicina andaba aún a gatas, en el caso de las mujeres y de las cuestiones típicamente femeninas, ni siquiera se movía. Una muestra más de la poca importancia que casi siempre se ha dado a lo femenino.

“El cirujano de almas” es una novela de ficción histórica. Aunque la historia principal, en sí, es ficticia los escenarios y hechos principales así como algunos de los personajes secundarios existieron en la realidad. Como por ejemplo, Josefa de Amar y Borbón, una mujer fascinante y adelantada a su época que se va a convertir en una especie de benefactora de Bruno.

Me ha gustado muchísimo la historia así como los personajes. La pasión de Bruno por la medicina y por una mujer, la forma que tiene de relacionarse con los personajes reales como doña Josefa y de participar en los hechos históricos me ha encantado. Me gusta cómo cuenta las cosas Luis Zueco, implicando al lector. Hay una escena, por ejemplo, una batalla (no digo cuál para no desvelar nada) que la narra de una forma que, además de vivirla, hace que te sientas orgulloso de lo que allí hicimos, de verdad. El único “pero” que tengo que ponerle es que hay errores y erratas. A mí no me han empañado la lectura porque me suele pasar que, cuando me gusta tanto un libro como me ha gustado éste, sólo me fijo en los fallos al principio y luego ya como que ni los veo pero es una pena que una novela redonda se vea afeada por unos errores que se pueden obviar con una corrección atenta.

Conclusión final

He disfrutado muchísimo con “El cirujano de almas”, una bien documentada novela histórica sobre un período muy movido de la historia de España y también sobre la historia de la cirugía. Una novela en la que hay intriga, guerra, estudio y una preciosa historia de amor. Muy recomendable.
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