Fuego por fuego

Desde el primer renglón algo estalla. Sabes que va a ser duro, que pasarás un mal trago, que el texto te va a arrastrar por vivencias y escenas dantescas.

No puedes escapar. La belleza que Zalberg imprime a su prosa descarna primero, para supurar después.

Una huida desesperada de la aberración humana, del fuego, la sangre y la muerte salvaje.

Y un padre que busca en pechos ajenos, hundidos, consumidos por la miseria, el alimento para su bebé.

En condiciones extremas, estas madres desconocidas ceden la fuente de la vida a una extraña, racionando para dos, lo que apenas brota para uno, en el mayor acto de generosidad del que haya oído hablar.

Fuego por fuego es una novela directa, intensa, narrada a dos voces muy diferentes de forma intencionada e inteligente.

La voz del padre cuenta el angustioso viaje escapando del infierno hacia un futuro incierto. El camino de cualquier refugiado en busca de una esperanza idílica que se desilacha en el desconocimiento, ignorancia e incluso burla de los "desarrollados"

Por otro lado la hija. Escrita con la rabia adolescente y su vocabulario y un fallido intento de integración que tendrá consecuencias.
La protección de ocultar volviéndose en contra.

Lirismo y lenguaje callejero en una comunión perfecta cuyo objetivo es dar voz y pensamiento, acercarnos a un drama al que solemos darle la espalda mediante la profundidad del pensamiento de quienes lo padecen.

Zalberg tiene poesía que atraviesa el alma mediante el dolor. Una intensidad que oprime, que rompe.

La escritura de esta nouvelle se me antoja un ejercicio agotador. Es buena, que digo, soberbia. Una joyita nacida de la creatividad de una autora prácticamente desconocida.

Y su lectura, un extraordinario acierto en cualquier caso, aunque hay que beberla a sorbitos.
Quema.