Los asesinatos de la mansión decagonal 1

Los asesinatos de la mansión decagonal es una serie cerrada de cinco volúmenes y adapta al manga la novela que el propio guionista, Yukito Ayatsuji, publicó en Japón en 1987. Siendo uno de los fundadores del club de lectura Honkaku Mystery Writers, es uno de los máximos exponentes del subgénero honkaku, caracterizado por ser historias de detectives alrededor de un misterio que desentrañar.

En este primer volumen siete universitarios del Club Misterio, cada uno de los cuales se hace llamar por el nombre de su novelista de misterio favorito, deciden viajar a la isla de Tsunojima para pasar una semana tratando de resolver un misterioso crimen que tuvo lugar años atrás y que se cobró cuatro víctimas. La autoría del supuesto culpable, nunca encontrado pero sí identificado, resulta dudosa para algunos y quién sabe si las autoridades no se equivocaron y el verdadero homicida aún anda suelto.

Un arquitecto, su esposa y dos de sus empleados domésticos murieron en lo que parece ser un escabroso asesinato plagado de enigmas sin respuestas. Los estudiantes se alojarán en la casa de estructura decagonal diseñada por el propio arquitecto asesinado y cuya estructura ya plantea muchas preguntas. Aislados completamente del mundo exterior, no tardan en presentarse las amenazas y la aparición de unos carteles que reparten los roles de víctimas, detective e investigador, levantan las sospechas de todos y el temor de que nuevas muertes tengan lugar allí con ellos como protagonistas.

"Es demasiado elaborado para ser una simple broma".
Yukito Ayatsuji y Hiro Kiyohara, Los asesinatos de la mansión decagonal

Mientras tanto, dos de los integrantes del Club Misterio que decidieron no participar en la excursión reciben sendas cartas inquietantes que hacen referencia al fallecimiento de una joven años atrás que está relacionada con el matrimonio asesinado en la isla. Las pesquisas de estos personajes los llevan a encontrarse con más preguntas que respuestas y se plantearán si sus compañeros no estarán corriendo peligro en Tsunojima. Pero, siendo imposible contactar con ellos y empujados por su pasión por el misterio, no tendrán otro remedio que seguir investigando.

Respecto al dibujo de Kiyohara cabe destacar su limpieza y lo bien definidos que están los personajes, siempre reconocibles y expresivos. Hace además un buen uso de las sombras cuando las escenas requieren hacer hincapié en la tensión o el dramatismo.

El final de este volumen estalla con nuevo crimen y nos deja esperando las siguientes entregas con muchas ganas de saber cómo se resuelve la trama.
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