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Inesperadamente, me encantó este libro: lo devoré en dos días. Esperaba sólo encontrarme con la historia instalove de dos chicos; ella, una inmigrante jamaicana que es deportada y obligada a dejar Estados Unidos al anochecer; él, un coreano/estadounidense que lidia con las expectativas de sus padres. Y sí, la historia está centradísima en el romance pero aunque Daniel se enamora a primera vista tiene que conquistar a Natasha. A lo largo de la novela vemos cómo se conocen: comparten recuerdos, miedos, sueños, pasiones y puntos de vista. Ambos protagonistas son muy diferentes entre sí y la novela alterna la narración entre ambos, así que enriquece la historia y la vuelve más entretenida. Además, la novela toma en cuenta la vida de los demás personajes y nos deja verla: de sus padres, de personas que sólo miraron por un minuto. Nos recuerda que todos enfrentamos nuestras propias batallas y no sabemos qué pueden estar pasando los demás, y pone énfasis en que ser amables y amigables con los demás puede cambiarles la vida. Reconozco que la historia es un poco dramática y excesiva en cuanto al destino y el universo que conspira para que estén juntos, pero ambos personajes son tan entrañables (aunque imperfectos) y tienen tan buena química, que confieso me dejé llevar. A fin de cuentas, es una historia ficticia: en los libros, todo es posible. |
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