Seis Cuatro

El frenético ritmo de esta novela me recuerda claramente al del apareamiento de la tortuga perezosa, un empujoncito cada ocho horas y suavecito.

Un thriller sin velocidad es como un vampiro vegetariano con brilli brilli y por mucha voluntad que se ponga, al final se entrega uno al sopor sin necesidad de contar borregitos blancos.

Por tanto podemos asegurar, que Hideo Yokoyama(no lo diré dos veces) genera desempleo en el reino animal.

Se puede escribir muy bien y conseguir que el lector acabe más aburrido que un Gremlin en el arca de Noé.

Las vueltas que le da el autor a todo, antes de pasar a la acción quitan las ganas de vivir, y es, directamente proporcional al deseo de asesinar.
Bueno, esto último es discutible pues podríamos alegar que fue en legítima defensa.

Corrupción, relación con la prensa, una cadena de mandos insufrible y un secuestro "olvidado" que regresa 14 años después.

No niego que sea una buena idea, incluso un interesante argumento, pero 10/12 primeros capítulos que se me hicieron como cien, girando como una noria entorno a una rueda de prensa me ayudan a entender como era el desvestido de sus católicas majestades el semestre que tocaba baño. Irrespirable.

En cuanto a la cultura japonesa...algo hay, en especial, protocolo policial con estreñimiento general que el autor o no sabe, o no quiere aligerar.

El anti thriller debería estar en la sección de dietéticos, entre la valeriana y los productos bajos en sal.
Una sola de sus páginas equivale a:

3 Diazepanes 5mg
4 Targin
10 porros de tramadol, hierba buena y cacao plus en polvo.
He visto elefantes conformarse con menos.

Quiero pensar, que en todo el proceso hasta que el texto llegó a las estanterías el único que lo leyó fue el traductor, de lo contrario, no entiendo como se editan estos ladrillos y a otros autores no se les presta la menor atención.

¡¡Un auténtico tostón!!
Como todos los japoneses tengan la misma sangre en las venas que Hideo, pies para que os quiero.

¡¡Vayan terminando sus quehaceres tortuguitas!!