El diablo toca la flauta

Si Agatha Christie tuviera un homólogo nipón, lo más probable es que fuese Seishi Yokomizo. “El diablo toca la flauta” es una novela con muchos ingredientes de la literatura japonesa pero con el toque detectivesco y pícaro de las novelas de misterio de la reina del crimen. Una combinación exquisita que me ha encantado y he disfrutado muchísimo.

En esta ocasión acompañaremos a Kosuke Kindaichi (que se podría decir que es la versión japonesa de Hércules Poirot) en un caso bastante oscuro y turbio que pondrá a prueba todas sus habilidades detectivescas. Lo que aparentemente parece un misterio sencillo de resolver, se acaba convirtiendo en toda una odisea donde cada nueva pista lleva a otra, o a callejones sin salida aparente. Y será ahí, donde Kosuke Kindaichi pondrá a aprueba su intelecto para llegar al meollo del asunto y atar todos los cabos.

La trama está muy bien construida y muy bien hilada. Todos los cabos se van atando poco a poco y la historia queda muy bien enlazada. al finalizar la lectura nos queda la sensación de que la historia se ha cerrado como un círculo.

Los personajes, sin duda, son uno de los puntos fuertes de la novela. Son muy característicos y carismáticos. Cada uno tiene sus peculiaridades y están tan bien definidos que se diferencian muy bien unos de otros y no cuesta identificarlos. Eso sí, al principio quizá podamos hacernos un lío con los nombres, ya que algunos son muy parecidos, pero lo bueno es que el libro viene con una guía de personajes detallada que hace que podamos identificarlos sin ningún problema.

“El diablo toca la flauta” es una novela excepcional y adictiva, que mantiene la tensión durante toda la trama y que no se hace pesada en ningún momento. El carisma y dinamismo de Kosuke Kindaichi hacen muy amena la lectura y que se lea prácticamente sola. Y por supuesto, quiero seguir leyendo más casos de este detective, porque se ha ganado un hueco en mi corazón lector.