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No me imaginaba que iba a estar durante días dándole vueltas a lo que leí en estas páginas. ‘Diario de un vacío', de Emi Yagi, nos presenta a Shibata, una mujer que toma una decisión impulsiva y repentina: comunicar en su empresa que está embarazada... sin estarlo realmente. La premisa me llamó muchísimo la atención, y no es para menos. Desde que la leí no podía parar de pensar en cómo sería capaz la protagonista de sobrellevar esa mentira, hasta qué extremo la llevaría y qué pasaría desde el momento en que se descubriese la realidad. Lo que no imaginaba es cuánto me iba a fascinar descubrirlo. En muchos trabajos (hablo, por supuesto, de entornos compartidos) hay ciertas tareas que no corresponden a nadie en concreto pero acaban recayendo siempre en la misma persona. Sobre todo si eres mujer, y más cuando eres la única entre hombres, y si son cuestiones (por decirlo así) menores como servir cafés o repartir obsequios que llegan a la oficina. Harta de los menosprecios, de que se la dé por supuesto, y también de siempre salir tarde sin cobrar el tiempo extra, Shibata recurre a la mentira para protegerse a sí misma. Para reclamar una libertad que no es otra cosa que el respeto a sus competencias y sus horarios, como si fuesen un privilegio y no un básico de sus condiciones laborales. Es, en parte, una novela de denuncia del sexismo en el ámbito laboral japonés. Me ha fascinado. La he devorado por completo. Me ha absorbido en su ambigüedad y me resulta muy complicado hablar de ella sin destriparla. le he dado tantas vueltas a lo que estaba pasando a medida que evolucionaba la trama (y, especialmente, al terminarla) que sentí que necesitaba expulsar todas esas preguntas y todas las teorías que se me iban ocurriendo, para que no me quemasen dentro. En cierta medida ha sido como revivir el final de la serie ‘Perdidos', cuando creíamos que se iban a resolver todos los interrogantes y migas de pan que nos fueron dejando durante 6 años para luego convertirse en aire. Sin embargo, en el caso de esta novela, a medida que han ido pasando los días he descubierto que esa ambigüedad y esa apertura son en realidad un punto fuerte. Está claro que la implicación emocional de 6 años frente a la de 2 mañanas no es comparable, y por eso también defiendo mi incoherencia. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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