Después del deshielo

La protagonista de esta historia es Eelyn, una joven guerrera perteneciente al clan de los Askas. Desde que tiene uso de razón, Eelyn se ha dedicado a luchar por su clan, por su familia y por aquellos que ha perdido a manos de sus enemigos. A pesar de que su vida está manchada de sangre y dolor, Eelyn tiene a su padre y a su mejor amiga, a quienes ama con locura. Y, un día, en el campo de batalla, reconocerá una cara familiar entre los Rikis: su hermano, el muchacho que ella misma vio caer por un barranco con heridas mortales años atrás. Decidida a descubrir la verdad, Eelyn seguirá a su hermano y terminará prisionera en una aldea Riki. Ambos clanes se odian a muerte y normalmente venden sus prisioneros a otras aldeas o los convierten en esclavos. Sea como sea, Eelyn se verá obligada a convivir con los Rikis hasta después del deshielo y, con el paso del tiempo, puede que se dé cuenta de que los Askas y los Rikis no son tan distintos como todos creen.

Uno de los motivos por los que no he disfrutado totalmente con esta novela son los personajes, ya que me ha costado mucho empatizar con ellos. No os equivoquéis, admiro mucho las cualidades de Eelyn -es valiente, testaruda, fuerte, sincera-, y me gusta que su interés por la cultura Riki y sus habitantes vaya creciendo de forma paulatina; de otro modo no me hubiese parecido realista. Eelyn se encuentra en un punto en el que no sabe si su amor por su hermano es más grande que su odio hacia él por no haber regresado nunca a su clan, al igual que no sabe si debe sentir gratitud hacia los Rikis, por haber salvado a su hermano, o rabia por habérselo robado al convertirlo en uno de ellos. Esta contradicción constante es muy interesante y es en esencia lo que me tuvo enganchada al libro. Eelyn no es un mal personaje, pero es demasiado distante y en ocasiones me daba la sensación de que actuaba de manera infantil. Ahora bien, su relación con cierto niño pequeño me ha parecido adorable y las conversaciones que tenían me han sacado más de una sonrisa. Con Fiske me ha ocurrido exactamente lo mismo que con Eelyn. Sí, es un hombre que haría cualquier cosa por su familia, honrado, trabajador, pero no llegamos a conocerle. Es un personaje muy hermético, dependiendo del lector puede que incluso algunos opinen que no está bien trabajado. Precisamente por esto la trama romántica es insostenible. No hay diálogos ni escenas que justifiquen realmente una relación amorosa entre Eelyn y Fiske. ¿Atracción sexual? No lo dudo, pero no se conocen, apenas se hablan a lo largo de la novela y cuando lo hacen se da por entendido todo lo que sienten el uno por el otro, como si ya hubiesen confesado sus sentimientos un millón de veces. No estoy diciendo que una trama amorosa en Después del deshielo sea un despropósito, es un cliché bastante típico y tenía potencial en esta novela en concreto. Sin embargo, como lectora habitual del género romántico no me ha parecido ni suficiente ni verosímil.

El estilo de Adrienne Young es fácil de seguir, aunque lo cierto es que al principio me sorprendió que optase por oraciones tan largas; no es lo habitual en las novelas juveniles. Me parece apropiado en novelas de estas características, no obstante, puesto que hay muchas escenas bélicas y se suele dar mucha importancia al sonido de las armas, los olores, la vestimenta de los guerreros y demás. La traducción está muy bien, pero he encontrado varios errores de edición y en algunos diálogos me ha resultado difícil saber quién estaba hablando porque no había información adicional con guiones. Puede que a mí no me haya convencido porque se asemeja bastante a Daughter of the forest de Juliet Marillier, una lectura que me sorprendió muchísimo y que leí hace muy poco, pero es innegable que Después del deshielo es una novela que se lee en un suspiro y que gustará a los amantes de la acción y la cultura vikinga.
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