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Este libro comenzó mucho mejor de lo que luego se desarrolló aunque, si que es cierto, que al final vuelve a remontar. Al principio me estaba encantando ya que era todo muy Crepúsculo pero consciente de todas las tonterías que este tenía, me pareció que lo que hacía era reírse y dar la vuelta a esos clichés. La protagonista comenzó gustándome mucho, no era nada tonta (como suele suceder en estas historias), era graciosa, fuerte, no se dejaba mangonear, admitía que lo que le pasaba es que el interés amoroso le ponía pero, de repente, empieza a convertirse en una Bella más, enamoradísima del chico y sin nada más en el cerebro, no sé como algo que iba tan bien encaminado se torció tan rápido. No se puede negar que este es el típico pasapáginas, engancha, eso es cierto, pero tampoco te da nada del otro mundo. Desde un inicio sabes quién va a ser el malo final y el porqué, es todo muy obvio. Jaxon, el interés amoroso masculino, es pesadete demás pero creo que no llega al punto de ser tan tóxico como otros protas masculinos de este tipo de libros, aún así no me ha llegado a enamorar. Tampoco se puede obviar que la mitad de la novela es pura paja, podrían haberse ahorrado unas 200 o 300 páginas y el libro hubiera quedado igual. En cierto punto, hasta se me hizo algo repetitivo pero, si que es cierto, que en los capítulos que la autora decide darte información, estos vienen bien cargaditos, por eso lo he sentido algo desigual y poco balanceado. Por mencionar algunas cosas que si me han gustado, a parte de la obvia que es el ser una novela que engancha, podría mencionar el nombre de los capítulos (siempre muy graciosos y acorde con lo que iba a pasar en el mismo) o lo bien que se muestra la ansiedad, soledad y tristeza que siente Grace debido a la pérdida de sus padres (al menos al principio, luego, cuando se obsesiona con Jaxon, ya le da igual todo). Obviamente, seguiré con la saga pero meteré otros libros entre medias antes de continuar con Furia ya que, si no lo hago, se que me voy a saturar. |
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