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Esta es la segunda entrega de la investigadora Maisie Dobbs, de las que la autora ya ha escrito seis. La verdad que siempre es un placer volver a las investigaciones clásicas, las que obligan a patear las calles, a poner cinco sentidos en cada paso de la investigación, en los que la intuición , la desconfianza y el cara a cara serán la base de una buena investigación. Aquí no hay que rastrear teléfonos móviles o perfiles de Facebook y eso hace que el proceso investigador haya que realizarlo a través contactos directos, interrogatorios y seguimientos. Maisie es una detective atípica en una época en la que esta profesión, como tantas otras, no estaba bien vista en las mujeres, y es que ser una mujer independiente en 1920 no es tarea fácil. de fondo en esta trama de misterio siempre presentes los efectos de la guerra que aún laten demasiado recientes. Una trama interesante, alejada del morbo y la sangre y centrada sobre todo en aspectos más psicológicos. Como aspectos sociales en la novela habría que destacar el dolor de la sociedad ante la cantidad de vidas perdidas por culpa de la guerra, también el trato y cuidado de los mayores e incluso el tema de la drogadicción. Si en la primera entrega primaba el dar a conocer al personaje protagonista en esta ya hay más espacio para la investigación en la que Maisie despliega todas sus capacidades, a veces quizás demasiado “sensoriales” pero que son uno de los alicientes también de este entrañable personaje. Destacar también la exquisita ambientación tanto en los lugares como en los hábitos de vida y costumbres. Si hay algo que reprocharle sería que a veces no es sincera con el lector ocultando información que éste debería tener, algo que ocurre varias veces tras interrogar a algún sospechoso y del que solo nos cuenta que obtuvo respuestas a las preguntas hechas. Seguiremos de cerca a Maisie para ver como evoluciona en los próximos casos. Enlace: https://www.sirmactres.com/2.. |
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