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Es una novela de ideas, y por eso no se profundiza en los personajes, ni en sus historias personales ni en su psicología. La protagonista real es la ciencia: cómo funciona, cómo se hace, cómo se consiguen resultados. Y está muy bien construida: la teoría del caos es el tema principal que tratan los personajes de la historia, y poco a poco se va demostrando que el propio libro es una tesis sobre cómo aplicar esta teoría a la vida. Durante todo el libro la escritora hace gala de un tono irónico y una mordacidad que denotan una escritura muy inteligente. Se clasifica esta novela como ciencia ficción, aunque, en mi opinión, lo único que tiene de este género es que la escritora ha hecho otras novelas que sí lo son, porque, aunque hay ciencia y es ficción, no veo absolutamente ninguna característica de aquella en el libro. Las modas son otro de los pilares, junto al caos, del argumentario, y la verdad es que da la impresión de que todos las que la siguen (veganismo, odio a los fumadores, ropa, cualquier ideología en general...) son personas sin personalidad y que actúan como ovejas (exactamente) en una corriente social todopoderosa. Todas son irritantes, banales y superficiales. Aunque no te saca ninguna carcajada, sí que consigue arrancar algunas sonrisas. Lo malo es que se hace un pelín predecible y tiene un momento de romanticismo que no pega ni con cola. Pero, eso sí, lo recomiendo. |
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