Las devoradoras

Amiguis lectores de mi corazón, qué FANTASIA de libro os traigo hoy. Tengo que empezar así de intensa porque lo que he disfrutado leyéndolo, no está escrito.

“Las devoradoras” es una ficción contemporánea (que bien podría no serlo) que tiene como protagonista a Roberta de quien iremos conociendo, alternativamente, su presente al final de la veintena y diferentes momentos de su pasado universitario cuando vivió algo que cambia para siempre la imagen que tiene de si misma y de cómo debe ser tratada por los demás. Aunque ella no quiera verlo. Aunque ella no lo entienda. Aunque ella no sea consciente de qué fue victima.

Roberta, quien se considera bastante rarita y muy satisfecha con su trabajo doblando prendas mientras escucha podcasts, conoce un buen día a Stevie, artista en ciernes y de personalidad arrolladora, y se convertirán en uña y carne. Juntas crean un club gastronómico para mujeres. Un club donde ponerse, literalmente, ciegas a comida (entre otras sustancias) y donde recuperar el espacio que las imposiciones culturales, la mirada ajena, la sociedad, los hombres… les han arrebatado. La comida se convierte en fuente de catarsis y comer en un acto de transgresión y rebeldía, creando un espacio de libertad absoluta y de comunión absoluta entre las participantes.

Me he reído muchísimo con este libro. Tiene puntos ácidos y otros casi surrealistas. No creo que sea el humor de todo el mundo, pero desde luego sí es el mío. Leyendo a Lara Williams, he tenido reminiscencias de Nora Ephron (si no la habéis leído, corred) en el uso de la ironía y la capacidad de contar debacles personales como si fuera lo más natural del mundo. En concreto, de ella me ha recordado mucho a ‘Heartburn (Se acabó el pastel)' porque intercala recetas en mitad de la narración (algo que me encanta).

De todos modos, no cojáis este libro pensando que es una comedia ligera. Ni mucho hemos. Es un libro de lucha, con un trasfondo sumamente duro donde aparece la soledad, el abandono, la ansiedad, las personas y relaciones tóxicas, el perderse… pero también el encontrarse. Particularmente, el final me ha parecido apoteósico.

No quiero acabar sin agradecer enormemente a @blackiebooks el envío de este ejemplar y darme la oportunidad de conocer a estas mujeres, que en el fondo, somos todas.