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La novela más celebrada de Burroughs es una sucesión de delirios, pesadillas y pasajes oníricos provocados por las drogas en la mente de un personaje con talento pero absolutamente desquiciado por la adicción. El almuerzo desnudo no es una novela lineal, no hay una trama ni un argumento en un sentido estricto. Sí se puede, sin embargo, hacer una recapitulación de algunos de los eventos importantes que ocurren en varias capítulos y encontrarle un poco de sentido a los hechos que se narran o imaginan. Se pueden distinguir dos partes en el libro, una formada por el prefacio y el epílogo, donde el autor, cuerdo y desintoxicado, explica su adicción a todo tipo de estupefacientes y su descenso a los infiernos de la degradación moral y física más extrema, y la otra, el cuerpo de la novela, donde los desvaríos escritos bajo la influencia de las drogas se suceden sin aparente orden ni sentido. Pese a eso, aunque parezca mentira, en esos delirios se puede leer entre líneas una salvaje crítica a la sociedad americana, a la hipocresía social y al gran negocio del narcotráfico, también sobre la doble moral de una sociedad que atormentó al autor toda su vida por su homosexualidad declarada. Libro muy difícil de leer, estuve a punto de dejarlo varias veces, podemos considerarlo la obra de un yonki con talento, con mucho talento, y se ha convertido en un libro de culto de los más influyentes de la literatura del siglo XX.
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