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Después de terminar el instituto, Bex Phillips consigue una beca de prácticas en el departamento de guionistas de Silver Falls, la serie del momento y su favorita. al llegar a Los Angeles descubre que no todo es tan bonito como se imaginaba. Tiene que encontrar la manera de hacerse valer entre tanto jefazo. Bex, es una useless lesbian de manual con la que muchas nos podemos sentir identificadas. A veces peca de inocente, pero hay que tener en cuenta que tiene 18 años y acaba de salir de su burbuja. Su ingenuidad y su personalidad insegura hacen que sea un personaje fácil de odiar. Este no es mi caso, a mi me daban ganas de achucharla todo el rato. En general, los personajes que van uniéndose al círculo de Bex son un amor. La relación que tiene con su primo es adorable y la trama romántica, aunque transcurre muy rápido, es tierna sin llegar a ser empalagosa. He disfrutado mucho con los gay panics de Bex. En el lado opuesto tenemos a Malcolm, el showrunner de la serie y antagonista principal de la historia. En una ocasión uno de los personajes dice que Malcolm representa todo lo que odia de Los Angeles. Parece que la autora ha querido concentrar todo lo que está mal en la industria audiovisual en una sola persona, haciendo que parezca un poco caricaturesco a veces. Hay otro par de personajes a los que terminas queriendo dar una patada, pero este Malcolm definitivamente se lleva la palma Aunque he preferido dosificarme la lectura para poder disfrutarlo durante más tiempo, los fragmentos de guiones y mensajes de texto incluidos en la novela, unidos a la abundancia de diálogos y la narración sencilla, hacen que su lectura sea ágil, puedes terminártelo perfectamente en una tarde. En ocasiones me chirriaba un poco la forma en que se expresaban los personajes. Por ejemplo, continuamente usaban la expresión "entender" para referirse a si alguien era parte del colectivo, cosa que a mí me suena un poco viejuna, algo que se oye cada vez menos. Fuera de Guión toca muchos palos; racismo, LGTBfobia, la (no) representación en los medios, queerbaiting, ansiedad, conflicto con tu propia identidad, salir del armario y muchas otras cosas que se mencionan de forma más fugaz. Hay temas que se podrían tratar con un poco más de profundidad, pero este es un libro para disfrutarlo y quedarte con el estómago calentito al acabarlo, no para leerlo con el ceño fruncido y amargarte. En resumen, me lo he pasado genial leyendo Fuera de Guion. Por cierto, la portada de la edición de Kakao Books, como siempre, preciosa. |
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